Basilea espera recibir un gran impulso económico tras acoger a fans de Eurovisión de más de 80 países
La administración de Basilea, ciudad suiza que acoge Eurovisión 2025, espera que se desencadene una oleada de “beneficios económicos, culturales y sociales” similares a los que recibieron ciudades como Liverpool (2023) y Malmö (2024) tras acoger el certamen musical.
Cientos de miembros de las delegaciones de los 37 países participantes, miles de equipos de producción y 1.000 periodistas de más de 50 países se dan cita en la tercera ciudad más grande de Suiza. Conradin Cramer, presidente del Gobierno de Basilea, espera que el escaparate del certamen musical, que se espera que sea visto por 160 millones de telespectadores, se traduzca en nuevas oportunidades económicas para la ciudad: “Más allá del valor económico directo, el Festival de Eurovisión ofrece una plataforma única gracias a su amplio alcance mediático para elevar aún más el perfil internacional de Basilea y posicionar a la ciudad como un destino abierto, culturalmente vibrante y con una alta calidad de vida. También se espera que el turismo se beneficie de esta exposición a largo plazo”.
Las últimas ciudades anfitrionas, Malmö, Suecia (2024), y Liverpool, Reino Unido (2023), anfitriona en nombre de Ucrania, han visto un enorme impacto económico de la celebración del Festival de Eurovisión, que ha durado mucho más allá de la última nota que se ha cantado en el escenario. En Liverpool, el ESC 2023 generó un impacto económico neto de 65 millones de euros en forma de 306.000 visitantes adicionales a la ciudad y 175.000 habitaciones de hotel vendidas. Malmö, por su parte, alcanzó un volumen de negocios total de 40,6 millones de euros gracias a 51.430 visitantes únicos de más de 80 países y 71.737 pernoctaciones.
El certamen de este año se celebra en el St Jakobshalle los días 13, 15 y 17 de mayo, y cuenta con el apoyo de actos en toda la ciudad, como el Eurovision Village y el Euroclub, así como una velada pública con 36.000 espectadores en el estadio de fútbol más grande de Suiza, el St Jakobs Park. Martin Green, director del festival de Eurovisión, pone en valor el certamen: “Se trata de un espectáculo televisivo que es también un importante catalizador económico y cultural. Malmö y Liverpool han demostrado que el impacto del Festival de Eurovisión es profundo, de gran alcance y abrumadoramente positivo”.
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