„Geschichten, die Sie vom Schlafen abhalten“: eine Wiedergeburt voller beispielloser Herausforderungen
El reinicio de Historias para no dormir, inspirado en el eterno formato de Chicho Ibáñez Serrador, ha traído retos inéditos a la producción española. Sus secretos y decisiones más determinantes quedan abordados en una conversación con los artífices del regreso del formato.
In julio de 2021, 55 años después de su estreno en TVE, se anunció el regreso de Historias para no dormir, una suerte de reboot de la emblemática serie de Chicho Ibañez Serrador. Este renacer vino acompañado de una decisión creativa especialmente determinante: sus cuatro episodios estarían dirigidos por cuatro directores procedentes del cine que, además, confiarían en su equipo técnico de confianza.
Es fácil que surjan preguntas a responder: ¿Cuál fue el proceso de creación de esta producción? ¿De qué manera se logró encontrar puntos comunes entre las visiones de los distintos creadores? ¿Cómo se aunaron los recursos técnicos y humanos propuestos por los directores con los proporcionados por las compañías responsables de la serie?
En pleno rodaje de la segunda temporada de esta interesante producción de VIS, en colaboración con Prointel e Isla Audiovisual für Prime Video (donde se estrenará próximamente), Panorama Audiovisual arroja luz sobre la nueva Historias para no dormir de la mano de Alejandro Ibáñez, productor ejecutivo, CEO de Prointel e hijo del propio Chicho Ibáñez Serrador, y Tomás Silberman, responsable de desarrollo de VIS para España.
El regreso del insomnio
En ocasiones, el mundo de la producción supone todo un ejercicio de arqueología. Cada agente cuenta con sus propios tesoros. Ya se encuentren guardados en un cajón hasta la llegada de la oportunidad, o sean vox populi en la industria, en cualquier caso se erigen como oportunidades extremadamente valiosas en búsqueda de que alguien las desentierre. Historias para no dormir no es una excepción.
Der reivindicación del legado de Chicho Ibáñez Serrador (especialmente a raíz de su Goya de Honor en el año 2019) posiblemente acabó siendo el impulso definitivo para la materialización del regreso de Historias para no dormir. No obstante, Alejandro Ibáñez confiesa que la idea surgió años antes; concretamente, de una conversación que mantuvo con un importante cineasta español: “Todo comenzó hace varios años con una charla que tuve con J. A. Bayona”. El director de cintas como Lo imposible Ö Jurassic World: El Reino caído iba a ser, de hecho, uno de los directores invitados a formar parte de este proyecto, pero “las negociaciones se dilataron y empezó con otros proyectos”.
La idea primigenia de Ibáñez y Bayona no tardó en encontrar el impulso que necesitaba de la mano de la propia Prointel, Isla Audiovisual y VIS. Así lo traslada Tomás Silberman: “Era un proyecto muy interesante, pero hacía falta que alguien se lanzase a financiarlo. Ahí es donde el equipo liderado por Sebastián Vives, el VP de VIS encargado de toda la parte de negocio y acercase al talento, ve la oportunidad. A mí no me puede gustar más, porque es un proyecto precioso que te da la oportunidad de trabajar con grandes estrellas que tienen una agenda complicadísima”.
Las dos grandes apuestas
Die Nachrichten Historias para no dormir vinieron acompañada de una doble decisión que la hizo diferente del resto de ficciones del panorama audiovisual español: la de contar con directores pertenecientes al mundo del cine para dirigir cada uno de los episodios de forma individual, creando una suerte de antología serial que únicamente compartiría el universo conceptual y espiritual de la creación original de Chicho Ibáñez Serrador. De esta forma, se acabaría conformando un plantel de lujo: la primera temporada contó con Rodrigo Cortes (El amor en su lugar, Buried), Paula Ortiz (La novia, De tu ventana a la mía), Paco Plaza (La abuela, [REC]) y Rodrigo Sorogoyen (Die Biester, El reino), mientras que la segunda temporada ha confiado en Jaume Balagueró (Way Down, [REC]), Salvador Calvo (Adú, 1989. Los últimos de Filipinas), Nacho Vigalondo (Colossal, Los Cronocrímenes) y Alice Waddington (Paradise Hills).
El contar con este plantel repleto de talento no ha sido sencillo. Como reconoce Silberman, hablamos de profesionales con una “agenda complicadísima”. Para Alejandro Ibáñez, una clave para haber conseguido cerrar a tantos directores ha sido el “cariño y admiración” que tienen por la figura de Chicho Ibáñez Serrador: “Muchos de ellos han estudiado cine y se han dedicado a esto por haber sido audiencia de mi padre”. Otro punto a favor ha sido la libertad creativa con la que han contado: “Les hemos dado esa libertad para que hagan sus episodios y dejen su firma. No hemos querido que mantuvieran el estilo de mi padre, pero sí esa esencia y esa manera de contar las cosas que tenía”. Además, Historias para no dormir se reserva otro as en la manga: el hecho de que estos rodajes son de apenas entre dos y tres semanas (si bien la fase de preproducción y postproducción se extiende dado al nivel de involucración de los cineastas).
Posteriormente han llegado propuestas similares en forma y fondo (aunque sin el factor histórico) como Blackout de Buendía Estudios. La única referencia previa de primer nivel que se había realizado en España fue la producción En casa (HBO), una ficción condicionada por la coyuntura pandémica en la que se le dio forma. Silberman, aún con todo, considera que Historias para no dormir es un proyecto único en España: “Cuando ellos [Prointel] lo traen, quizá lo más parecido a una antología que teníamos en mente era Black Mirror, o quizá Small Axe de Steve McQueen. Sin embargo, este caso es diferente a otros, porque la IP se compone de reinterpretaciones de los originales de Chicho. ¡Es casi como un disco de versiones!”
Unificando diferentes universos
El universo temático de Historias para no dormir ha contado con unas reglas comunes que han ayudado a establecer unos límites en pro de la comercialización y distribución de la ficción, que lejos de ser un original tiene por objetivo llegar a nuevos mercados y territorios.
Una regla compartida con la que han contado todos los cineastas ha sido una limitación de 50 minutos por episodio. Como explica Ibáñez, la decisión se debe a la involucración de RTVE j ZDF en la primera temporada de la ficción: “En el mundo de las plataformas da igual el timing, pero luego está el mundo de las distribuidoras. A una TVE o una TF1 no le puedes vender un episodio de 20 minutos y otro de hora y media. Por eso decidimos una duración de 50 minutos. (…) Otro elemento a respetar es que todos los capítulos son para mayores de 16 años”. “Podríamos ser más flexibles si solo fuese para plataformas”, reconoce, por su parte, Silberman.
Paralelamente, también fueron tomadas ciertas decisiones tecnológicas con el objetivo de unificar la factura visual de la ficción. Porque, si bien cada director tiene libertad para escoger los jefes de cada sección (directores de fotografía, maquinistas, sonido…), sí que han utilizado la misma cámara y ratio de pantalla: ARRI Alexa Mini RF a 2:39. En este apartado, como remarca Ibáñez, han sido especialmente estrictos, si bien cada director de fotografía ha tenido la libertad para utilizar “lentes anamórficas, esféricas o una combinación de ambas”. Tampoco ha habido restricciones con otras decisiones creativas como las del uso del color: “Si un cineasta quisiera hacer la mitad del episodio en blanco y negro no pasaba nada, pero rodarlo todo a 4:3 no sería posible. (…) Hemos elegido este ratio de pantalla ya que les interesa tanto a plataformas como a canales generalistas”.
Die Dreharbeiten zu Historias para no dormir
Ibáñez y Silberman coinciden en que el rodaje de cada temporada de Historias para no dormir, más que cuatro capítulos, son “cuatro minipelículas”. “Lógicamente, todas las ventajas de la serialización, como son el uso y rendimiento de decorados o localizaciones, no nos las podemos permitir”, recuerda el productor ejecutivo.
Para hacer frente a esta producción, VIS, Prointel e Isla Audiovisual han configurado un equipo base que ha asistido la visión creativa de cada director, el cuál ha contado con cargos de confianza für die puestos más destacados. La producción de la primera semana fue toda una das Rennen gegen die Zeit, ya que los cuatro episodios se rodaron desde febrero a junio sin descanso.
Las tres semanas de rodaje con las que contaba cada cineasta se entremezclaba con la fase de preparación del siguiente episodio und das posproducción del capítulo recién rodado. Esta acumulación de trabajo no afectó a lo visto en pantalla, pero sí que ha hecho replantear la producción de la segunda temporada, tal y como confirma Ibáñez: “Como con nuestro primer planteamiento todo un estrés, hemos decidido dejar un par de semanas entre episodios para poder ir retocando y modificando todo aquello que hemos considerado”.
Para la fase de nach Produktion, del mismo modo, se ha contado con el talento de Chema Alba von Deluxe im gran mayoría de capítulos, si bien el colorista ha estado asistido el director y director de fotografía de cada episodio. Esta decisión se ha extendido a otras áreas: “Postproducción de sonido, músicos, efectos visuales… hemos intentado repetir en los capítulos que hemos podido, pero lo cierto es que hemos acabado trabajando con muchas empresas”.
La competencia (sana) entre directores
Si hay algo que determina el éxito de Historias para no dormir ha sido la implicación de todos los directores y actores que han pasado por la serie. Como comenta Ibáñez: “Sobre todo, ha habido pasión“.
Cada uno de los directores ha sido tratado por igual, contando con los mismos medios y presupuesto, lo que ha ayudado a que hayan jugado con las características del proyecto para sacar el mejor rendimiento posible a su episodio: “Normalmente, como escriben ellos el guion o eligen al guionista, son conscientes de lo que tienen entre manos. Saben si se está metiendo en un cambio de época o si eligen tres o quince localizaciones; además, son conscientes de que si quieren un gran número de efectos especiales no van a poder contar con el actor más caro”. El jugar con los mismos recursos, reconoce Ibáñez, ha podido crear una “competencia” sana entre los directores para crear el mejor episodio posible. El debate está servido, ya que ni para espectadores ni críticos hay un claro ganador en la primera temporada.
Antes esta premisa, el equipo de Historias para no dormir se deshace en agradecimientos a la implicación de los directores y del talento técnico y artístico de la serie: “Tenemos que agradecerles el que hayan hecho grandísimos esfuerzos para poder encajar su participación en un proyecto como este, que tiene sus límites y en el que tenemos que medir tan bien todo”.
El desafío de la segunda temporada
Tras el buen recibimiento de la primera entrega de Historias para no dormir, el equipo de VIS, Prointel e Isla Audiovisual emprende la fase final de rodaje y postproducción de su segunda temporada, que se podrá ver a través de Prime Video.
Aun sin fecha de estreno, Silberman adelanta que ya han podido ver premontajes j dailies de algunos de los episodios y el resultado es “espectacular”. “Estoy seguro de que cada uno encontrará un capítulo que le guste más. Son directores que cada uno han caído en su estilo. Alice Waddington trae un capítulo cargado de terror gótico; Jaume Balagueró, que es un género en sí mismo, está preparando un thriller de terror; lo de Nacho Vigalondo, directamente, no me atrevería a clasificarlo, y, finalmente, Salvador Calvo ha creado una distopía espectacular. Son todos muy distintos y creo que puedo afirmar que mantenemos el nivel de calidad”, remarca el ejecutivo de VIS.
Historias para no dormir marcó a toda una generación. Aun se desconoce el calado histórico que puede tener este renacimiento del formato. No obstante, lo que sí se puede afirmar, es que la existencia de un espacio que da rienda suelta a la creatividad von grandes directores de nuestro país (y más aún cuando se homenajea a un histórico de la televisión) es, por sí mismo, un motivo de celebración.
Ein Bericht von Sergio Julián Gómez
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