Álvaro Ariza (Esto también pasará): “Jamás veo en las series toda la libertad que hay en el cine”

En esta entrevista, el propietario y CEO de la productora gaditana Esto también pasará, Álvaro Ariza, desgrana su gran apuesta por las salas de cine en un contexto en el que la ficción televisiva para plataformas copa gran parte de los esfuerzos de la industria audiovisual española, materializada en grandes éxitos como ‘La infiltrada’, ‘Un funeral de locos’, ‘La familia Benetón’, ‘Tierra de nadie’ o ‘De caperucita a loba’.

En el año 2019, España atravesaba uno de los momentos más dulces en términos de producción. El gran estado de salud de la exhibición se complementaba con la creciente inversión de las plataformas de vídeo bajo demanda en territorio europeo, que buscaban partners internacionales bajo un movimiento glocal para ampliar su catálogo de series originals en una feroz batalla por la diferenciación en un mercado saturado. En esta vorágine de anglicismos que ya hemos interiorizado en nuestro día a día, dio sus primeros pasos una productora nacida por y para las salas de cine: Esto también pasará.

Tierra de nadie, Un funeral de locos, La familia Benetón, La casa del caracol, El refugio, Lobo feroz, Sin ti no puedo, De caperucita a loba, Tu madre o la mía, El hombre del saco o la reciente ganadora del Goya a Mejor Película La infiltrada dan cuenta de una producción dirigida al gran público, con grandes historias capaces de captar la atención del espectador español y comedias familiares que han superado el medio millón de espectadores. Todo, alejándose de las plataformas para optar por un modelo clásico de coproducciones dirigidas al estreno en salas, un modelo que demuestra su viabilidad para producciones ambiciosas en un contexto de continua redefinición de las preferencias de los espectadores.

Álvaro Ariza, responsable de la productora, parte de su pasión por el cine para construir una productora basada en sus convicciones con la libertad どう motor industrial そして creativo. Su recorrido, análisis de la actualidad y ambiciones a corto y medio quedan reflejados en una conversación sin medias tintas, en la que se refleja con rotundidad cómo los largometrajes creados para las salas continúan arrojando oportunidades.

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Cine vs. televisión: una decisión sencilla

Esto también pasará nace en un gran año para la producción española: 2019. ¿Cuáles fueron los primeros pasos de la productora en este contexto?

Aunque me dedico al cine desde 2010, creé Esto también pasará, un sello más personal, para dedicarlo exclusivamente al cine. La película con la que arrancamos, en coproducción con México, fue La casa del caracol con Macarena Astorga: la primera película que se rodó postconfinamiento en España, con Javier Rey y Paz Vega. Luego rodamos Lobo feroz en Cádiz, un remake de Big Bad Wolf, película israelí nominada al Óscar que Tarantino calificó como “mejor película del mundo” en 2014. Después hicimos El Refugio, De caperucita a loba, Tierra de nadie, Un funeral de locos, La infiltrada… Y ahora tenemos en producción varios proyectos más que arrancaremos muy pronto.

Yo siempre digo que los que nos dedicamos al cine de verdad lo hacemos porque lo amamos. No es un sprint, sino una carrera de fondo.

En los dos últimos años hemos metido a más de dos millones de personas a las salas. Estamos supercontentos con la recepción de los proyectos de tanto la crítica como el público, todo un reconocimiento de un trabajo duro y bonito. Yo siempre digo que los que nos dedicamos al cine de verdad lo hacemos porque lo amamos. No es un sprint, sino una carrera de fondo. Es un camino precioso del que estoy enormemente orgulloso. Hago cine porque me gusta hacer cine, no por las consecuencias que trae, ya sea la recepción del proyecto en taquilla, crítica, los Goya o en cualquier festival.

En aquel entonces, gran parte de la producción española estaba virando al terreno de la ficción televisiva dadas las oportunidades brindadas por plataformas nacionales e internacionales. ¿Por qué apostó por el cine en este momento?

Es algo que me ha preguntado todo el mundo. Ya había hecho series. En 2017, hicimos Perdóname señor, la serie más vista en España, y posteriormente Secretos de estado, Uno de los nuestros… He hecho series que me han llevado a trabajar muy bien y estar muy a gusto, pero necesitaba contar historias, no generar contenido.

Es cierto que las series han cogido un concepto más atractivo apoyándose en directores de prestigio para hacer cine, pero en formato series. Pero cuando impulsamos Esto también pasará, ese giro de 180 grados todavía no se había dado. Yo tenía la necesidad de contar historias, de viajar, de ver una película en otro país que me enamorara o de contar las historias que tenía en la cabeza como Tierra de nadie.

He hecho series que me han llevado a trabajar muy bien y estar muy a gusto, pero necesitaba contar historias, no generar contenido.

En las series, todo era muy rápido. Tenía la sensación de estar fabricando y generando “contenido”, una palabra que odio. Para mí, todo gira en torno a las historias. Todas las he hecho dedicando cariño, sensibilidad y corazón; viendo cómo evolucionaban sin ninguna presión. Dedicamos cinco años para que viera la luz en cines Tierra de nadie, mientras que si hubiera hecho series tendría que haber hecho quince en ese tiempo.

Desde las plataformas y las cadenas, lo que se solicita, y con toda la necesidad y razón del mundo, es contenido. No creo que con el ritmo que tienen pudiera contar lo que quiero con este mimo y dedicación. En ese momento, supe que la única oportunidad que tenía para hacer lo que hago era en el cine.

¿En el mundo de las series existe menos espacio para desarrollar y contar las historias? ¿Hay menos libertad en estos contextos que en la creación cinematográfica?

Sí que hay proyectos a los que las plataformas dedican tiempo, pero hay muy poco espacio para ello, apenas de uno o dos proyectos. Además, la construcción es diferente. Cuando yo doy forma a una historia, me rodeo de la gente creativa que considero que debe estar en el proyecto, abarcando la parte creativa con un buen guionista, director o reparto. Jamás veo en las series toda la libertad que hay en el cine.

En el cine sí que tengo la libertad para contar las historias con la gente que quiero, con la armonía que necesitamos y un ritmo de evolución de los proyectos marcado por nosotros.

Tienes que ser muy importante para tener la potestad de decir: “No, esta es mi serie y la hago como yo quiero”. En el cine sí que tengo la libertad para contar las historias con la gente que quiero, con la armonía que necesitamos y un ritmo de evolución de los proyectos marcado por nosotros. Además, con estos proyectos podemos tantear al mercado, viendo cómo respira y reacciona, lo que nos genera una ilusión mientras esperamos el feedback porque lo hemos construido de una forma que consideramos muy atractiva. A lo mejor puede ser una mierda, pero es nuestra mierda. No es de nadie más.

Estoy feliz de haber creado Esto también pasará. Fue un antes y un después para mi trayectoria profesional. No solo sigo manteniendo la misma ilusión de cuando la creé, sino que, además, en estos últimos años, hemos dado con proyectos muy atractivos que han respirado en el mercado y en el público. Estoy especialmente contento de poder tener esta compañía y de rodearme de la gente de la que me rodeo.

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Construyendo películas, siempre, desde la coproducción

En la actualidad, ¿Esto también pasará continúa con la misma filosofía de sus inicios?

Una persona que conocí, que aparte de cinéfila contaba con una trayectoria brutal en Hollywood, me dijo: “Cuando algo va bien, no muevas piezas, y cuando las cosas vayan mal, no muevas piezas, porque será entonces cuando dejes de creer en lo que realmente te hizo llegar allí”. Obviamente, la productora ha evolucionado, pero seguimos apostando por aquello que queremos.

Estamos emprendiendo un giro internacional. Hay una película con un casting muy potente que ya estamos preparando y ojalá salga.

Ahora nos atrae mucho contar situaciones inspiradas en hechos reales y que nos gustaría que la gente no olvidara, como fue La Infiltrada, o situaciones de actualidad como Tierra de nadie. Ya estamos rodando Operación Hades, que se basa en la historia real de un túnel que se construyó en una nave industrial para conectar Marruecos y Ceuta. Las dos últimas producciones permiten reflexionar sobre la eficacia que tiene la fuerza del orden con la lucha contra el narcotráfico, ya sea por tierra, mar, aire o bajo tierra.

También estamos emprendiendo un giro internacional. Hay una película con un casting muy potente que ya estamos preparando y ojalá salga. También estrenamos dentro de poco Ya no quedan junglas, protagonizada por Ron Perlman y rodada en inglés y en español.

Uno de vuestros socios recurrentes ha sido Bowfinger, con quienes habéis firmado películas como La infiltrada そして Un funeral de locos. ¿Cómo se desarrolló esta alianza, que parte de vuestros inicios?

Cuando estaba haciendo series, un actor muy conocido me dejó un guion de cine mientras estaba rodando con él. Tenía un post-it que decía: para ti, léelo con cariño. El director de producción, Pepe Ripoll, también lo había recibido y me dijo: “Léelo, porque es increíble”. Lo hice, me encantó. Esto sucedió en 2018 y ese año me quedé dándole vueltas.

Lo bueno que tiene este sector es que te permite rodearte de gente bonita y comenzar a hacer cosas juntos.

En aquel entonces hicimos una película que se llamó ¡Ay, mi madre!, que la habíamos hecho nosotros sin la construcción de financiación de cine. Y para hacer este nuevo proyecto de cine, que era lo que siempre me había tirado, me pregunté cómo podía hacerlo realidad. La respuesta era muy sencilla: rodeándome de una coproductora que tuviera solvencia, que fuera atractiva su línea editorial y que hiciera cine. Fue ahí cuando intentamos María Luisa Gutiérrez y yo reunirnos para una presentación. Lo intentamos cuatro veces el mismo año, pero no era posible porque ambos teníamos mucho curro: yo tenía como ocho series y ella cinco películas.

En 2019, más tranquilo, me propuse rescatar el guion, pudimos aliarnos con Bowfinger y ese fue el inicio de La casa del caracol y de nuestra alianza. Hemos generado ideas que para ella también eran atractivas, construyendo la parte creativa. Nos complementamos muy bien.

¿Considera la coproducción como su modelo de producción predilecto?

Nos rodeamos de socios que nos gustan lo que hacen, y algún día lo hacemos. Lo bueno que tiene este sector es que te permite rodearte de gente bonita y comenzar a hacer cosas juntos. Por ejemplo, Glow Animation, con quienes estamos haciendo una película de animación, complementándonos en el proceso.

Vamos de la mano y así se construyen las relaciones. Cuando repites es porque algo hacemos bien, y nosotros hemos repetido mucho. Por ejemplo, volvemos a hacer con Joaquín Mazón la secuela de La Familia Benetton.

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Salas de cine: innegociable para Esto también pasará

¿Contempla el estreno directo a plataformas como alternativa a su modelo actual, basado en las salas de cine?

A día de hoy, nadie me va a quitar el tour que me hago con las películas. Créeme que me recorro España entera con ellas. No digo que no esté abierto y que no pueda suceder en un futuro, pero la sensación que te da una sala de cine llena con los aplausos, poder presentar tus películas o irte a hacer entrevistas y coloquios no me la va a quitar nadie. Mi apuesta, y la de Esto también pasará, son las salas de cine. Me encanta el cine. Voy todos los fines de semana. Quiero cines.

La internacionalización se encuentra entre sus planes a corto plazo. ¿Les ha afectado el anuncio de aranceles de la administración Trump al cine, como parece estar afectando a otros compañeros de la industria?

A día de hoy, todo va normal. También es verdad que Ya no quedan junglas es un proyecto nacional y español, pero dibujado internacionalmente con el director de fotografía Gabriel Beristáin, que ha trabajado en películas de Marvel, y con John Perlman como protagonista. Ese ha sido nuestra única forma de tantear ese mercado americano.

La sensación que te da una sala de cine llena con los aplausos no me la va a quitar nadie.

Sobre la incertidumbre que Donald Trump está creando no solamente en el cine, sino en el mundo entero, por ahora no estamos viendo que nos pueda ralentizar. Pero aquellas productoras dedicadas al service creo que ya están sufriendo esta situación.

Al margen de sus próximos estrenos y su política de internacionalización, ¿cómo ve Esto también pasará su futuro más cercano?

Ahora mismo nos encontramos en un momento dulce. Podemos elegir las historias que queremos contar e intentar venderlas, y mientras tanto podemos repetir que repetiremos con el equipo artístico y técnico de películas recientes. Estamos muy contentos de los proyectos que nos deparan 2025 y 2026.

Una entrevista de Sergio Julián Gómez

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